Vistas de página en total

miércoles, 29 de junio de 2011

London, je t'aime....


 Sí, sí, lo sé... os dejado abandonados por un tiempo pero aquí estoy!! Os tengo que contar muchas cosas sobre todo mis experiencias en Londres. Lo primero que he de decir es que me he enamorado de esta ciudad. Es totalmente diferente a todas las capitales europeas que he tenido el placer de conocer y de ahí su grandeza. Existe un crisol de culturas extremo pero es impresionante poder sentirte dentro de él. No eres un pájaro que lo ve todo desde fuera. No. Eres uno más.

El fin de semana del 17 de Junio fue espectacular. Fui a recoger a mi amiga Sara a Gatwick y a partir de ahí comenzó nuestra odisea. Qué maravilla. Empezamos riéndonos de alegría, sin ningún motivo aparente más que la tremenda amistad que nos une. En un principio hicimos todo lo que cualquier turista haría puesto que era la primera vez que mi sister venía a Inglaterra. Nos tomamos una cerveza en un pub de South Kensington y entre paraguas, risas y un plano del metro acabamos en Candem con muchísima gente de todo tipo, en una tienda de discos de los años 70 y con un paraguayo dueño de un restaurante que nos recomendó un asiático para cenar. Esa zona nos encandiló pero todavía otra nos iba a gustar más...

Al día siguiente cual japonesas con su cámara de fotos, nos adentramos en la city y nos dejamos llevar. Nos acompañó Nelson a la hora de comer y en nuestra memoria la preciosa imagen de la Dama del Espejo de Velaquez. Hicimos caso a nuestros pies y seguimos caminando, mirando arriba, abajo a los lados... no se nos escapaba detalle. Todo un lujo, os lo aseguro y, por supuesto la cara de felicidad de ambas dos. Ya nos sentíamos un poquito londinenses. 

Llega la noche y ataviadas como dos doncellas del siglo XXI (con mucho glamour, of course) nos dirigimos totalmente convencidas a Camdem Town pero, ¿qué pasó? El metro estaba en obras y nos dejó  nosé donde, en una zona que no conocíamos y lo que único que queríamos era llegar a Camdem. Nuestro gozo en un pozo porque el bus tardaba 45 minutos en llegar y ya era muy tarde como para arriesgarse a esperar así que decidimos parar a un taxi (cuyo conductor acababa de salir del rodaje de Ali baba y los 40 ladrones) y le pregunté cuanto nos costaría ir a nuestro destino pero su respuesta no me gustó demasiado así que nos quedamos la dos en la parada del autobús pensando donde podíamos ir... En ese momento aparece una pareja de españoles y no dudé en preguntarles. Me aconsejan un pub en la zona de Notting Hill y como no teníamos nada que hacer pues allí nos dirigimos. Un pub totalmente british, lleno hasta arriba y la gente algo kurda. Nos tomamos una cerveza sin parar de reír y de estar felices. Como irradiábamos buen rollo se nos presentaron unos chicos la mar de majos; dos franceses y un granadino. Ahí empezó lo bueno porque a la hora de hablar era una locura. La torre de Babel se queda en mantillas. Se podía escuchar francés, inglés, español e italiano. Todos hablábamos todo pero sobre todo nuestro nexo en común era el italiano y la gracia es que no había ningún italiano presente! Estuvimos un ratito, el tiempo de otra cerveza y nos volvimos al hotel pero con un cita pendiente. Al día siguiente íbamos a ir a comer fish and chips con estos chicos.

Como os comentaba, a la mañana siguiente Sara y yo después de cambiarnos a un hotel más cercano a Victoria Station, nos dirigimos al punto de encuentro. Nos llevaron a comer a un pub estupendo que recomiendo desde aquí. The Mall Tavern. Un trato muy agradable, comida muy bien elaborada y nada caro. Además cuenta con una terraza tipica andaluza, perfecta para los día de sol. En ese pub estuvimos Jean Phillipe ( me parece un nombre precioso, ¿ verdad?), Carlos, Sara y yo y acompañándonos un vino italiano de la toscana buenísmo. Al terminar de comer, aprovechando el día que hacía, hicimos una parada en Hyde Park y por supuesto, nadie queda desilusionado. Maravilloso. Seguimos poco después hacía una tetería donde nos tomamos una cachimba junto con una cerveza mientras hacíamos tiempo para ir a jugar una partida de bolos. Ya nos sentíamos totalmente mimetizadas con el entorno. Era como si viviéramos allí desde hacía años! 

La noche acabó comiendo, ahora sí, fish and chips en un pub de Notting Hill con otra cerveza más y una despedida con mucho cariño. Nos sentíamos como si conociéramos a estos chicos de toda la vida. Nos había hecho sentir amigas desde el minuto uno. Una grata experiencia. Un paso más en mi andadura por la tierras de la pérfida Albión.


Gracias por esta estupenda experiencia y concretamente a tí, Sara.

Os dejo una foto del Mall Tarven






Banda sonora de nuestro paseo por Londres...


No hay comentarios:

Publicar un comentario